Daily Mail preguntó recientemente a los miembros de la tripulación de cabina cómo ven a los pasajeros de clase económica que intentan darse una actualización gratuita.
La forma más común, según revelaron los expertos, es colarse en un asiento vacío y esconderse debajo de una manta. Sin embargo, como señaló un asistente de vuelo, una manta no es una capa de invisibilidad, y una forma humana es relativamente fácil de detectar.
Una azafata dijo que se ha encontrado con pasajeros que se sientan en clase ejecutiva con una “nota del médico” que dice que no pueden estar en la económica.
En estos casos, ella le cobrará al pasajero la cantidad total del asiento y le dará un recibo, explicando que pueden seguir adelante e intentar reclamar la diferencia a través del seguro de salud.
Los tripulantes de cabina en primera clase y clase ejecutiva tienen una lista de pasajeros, a los que hacen referencia de manera constante durante el vuelo. Es de esta lista que saben cosas como restricciones dietéticas y preferencias especiales, señaló travel and leisure.
“El castigo más común por el robo de mejoras es la vergüenza”, dijo a The Daily Mail Jay Robert, un gerente de cabina. “Mientras te hace dar el paseo de la vergüenza de regreso al asiento por el que pagaste, la tripulación a menudo habla en voz muy alta para que tus compañeros de viaje sepan la razón por la que te escoltan de regreso a tu asiento”.
Sin embargo, meterse en primera clase también podría tener consecuencias mucho más graves. Aquellos que se encuentren cambiando de cabinas podrían estar sujetos a reducir la diferencia de tarifa en la puerta al llegar, lo que podría costar miles de dólares, dependiendo de la aerolínea y la ruta.