Las llamadas a bloquear la economía tras una sentencia condenatoria ante el juicio del procés se focalizaron a partir del mediodía de este lunes en el aeropuerto de El Prat de Barcelona, adonde miles de personas acudieron por todos los medios con la intención de colapsar sus accesos e impedir su normal funcionamiento.
Más de un centenar de vuelos tuvieron que ser cancelados porque sus tripulaciones fueron incapaces de llegar a las instalaciones, donde los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional cargaron contra los manifestantes independentistas con la intención de recuperar los accesos, cerrados durante horas por carretera, tren y metro, informó elpaís.com.
La punta de tensión se vivió pasadas las seis de la tarde. En ese momento el único objetivo de los cuerpos policiales se centraba en desalojar la plaza central del aeropuerto, que poco a poco se había llenado de miles de personas que habían llegado en tren, en metro o, muchos de ellos, caminando desde Barcelona.
Después llegaron las cargas de los Mossos ante “la fuerte presión” de los concentrados y para evitar que “accedieran violentamente” al interior del aeropuerto, según explicaron fuentes de la policía autonómica.
El Sistema de Emergencias Médicas (SEM) atendió durante el día a 56 personas, la mayoría en la Terminal 1, y diez de ellas fueron trasladadas al hospital.
Por la mañana, los cordones de seguridad de las policías nacional y autonómica se centraron en bloquear el acceso al gran vestíbulo en el que se concentran los mostradores de las aerolíneas y los controles de seguridad, que el lunes amanecieron con una mayor presencia de Guardia Civil.
La liberación de ese punto crítico permitió que el funcionamiento fuera normal hasta que el cierre durante horas de los accesos lastró su funcionamiento.
La llamada del denominado Tsunami Democràtic, el movimiento anónimo —respaldado por el Govern— que organiza las movilizaciones contra las sentencias del Tribunal Supremo, acabó surtiendo efecto. Compañías como Vueling, Iberia y Air Europa tuvieron que cancelar diversas rutas al tener problemas para que sus tripulaciones llegaran al Prat.
Y algunos pasajeros, como el jugador del Futbol Club Barcelona Ivan Rakitic, tuvieron problemas para salir del aeropuerto al estar cortadas las carreteras.
El segundo punto de tensión se produjo en la zona en la que conecta la línea 9 del metro con el aeropuerto. Los antidisturbios crearon un cinturón de seguridad que impedía a los concentrados avanzar. Fue una zona de tensión durante horas y llegó a haber algún enfrentamiento cuando alguien esparció el contenido de un extintor en el lugar.
En el lugar, el cordón policial fue replegándose poco a poco, hasta retirarse cuando la gran concentración se encontraba ya en la plaza central del aeropuerto, que a partir de las cinco de la tarde se convirtió en el principal objetivo de antidisturbios, que fueron apartando a la gente en diferentes tandas.
Pese a la llamada a la no violencia, algunos manifestantes lanzaron algunos objetos a los policías. Otros intentaban zafarse del desalojo policial sentándose en el suelo, bajo una ligera lluvia que empezó a arreciar por la tarde.