Incluido en 1977 en la lista de sitios de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, el Casco Antiguo o Casco Viejo de ciudad de Panamá ubicada en una pequeña península circundada por arrecifes, es uno de los lugares más atractivos de esta pequeña ciudad. Es el sitio adonde fue traslada y vuelta a fundar en 1673 la ciudad de Panamá, luego de que el asentamiento original de la ciudad de Panamá (que es hoy el sitio arqueológico de Panamá Viejo), fue saqueado por piratas ingleses al mando de Henry Morgan en enero de 1671.
El Casco Antiguo cuenta con cuatro plazas principales: la Plaza de la Independencia, la primera y única plaza por varios siglos; la Plaza Bolívar y la Plaza Herrera, construidas en terrenos baldíos que quedaron de los incendios que asolaron la ciudad; y la Plaza de Francia, construida en 1922 para honrar al pueblo francés, pioneros en la construcción del Canal de Panamá.
Trazado de forma reticular hacia los cuatro puntos cardinales, en el Casco Antiguo se encuentran la Catedral Metropolitana de Panamá, el Palacio Municipal, el Museo del Canal Interoceánico y el Gran Hotel Central.
El Central Hotel Panamá se construyó hace casi 150 años en el corazón de la ciudad de Panamá, frente a la hermosa Plaza de la Independencia, en el Casco Antiguo. Abrió sus puertas en 1874, siendo el primer hotel del país. Hoy ha sido totalmente restaurado, de manera impecable, y alberga un bar y 2 restaurantes, 9 Reinas y La Central, que vale la pena visitar.
Al Casco Antiguo se puede acceder en taxi desde cualquier punto de la ciudad por unos 7 u 8 dólares, una vez allí, lo suyo es caminar toda la zona, admirando los edificios antiguos perfectamente restaurados, como el Antiguo Palacio Municipal o el teatro Nacional, e incluso aquellos que no están completos, como es el caso de las Ruinas de la Compania de Jesús o las de la Iglesia de Santo Domingo.
La zona tiene una gran variedad tiendas de artesanías y souvenirs que vale la pena visitar, incluidas tiendas donde se puede adquirir los famosos sombreros Panamá, cuyo origen es en realidad ecuatoriano.
En los bares y restaurantes de la zona se puede degustar platos típicos de la gastronomía panameña, y algunos de ellos ofrecen espectáculos folclóricos por las noches.
En Las Bóvedas se puede recorrer el romántico Paseo Esteban Huertas, que bordea el mar y ofrece magníficas vistas del Cerro Ancón, el Puente de las Américas, el Biomuseo, la Calzada de Amador y la ciudad moderna en la bahía de Panamá.
En la Avenida A hay boutiques que venden réplicas de joyería indígena y más restaurantes para todos los gustos, como una vinoteca con una colección de botellas de los principales países productores de vino en el mundo.